Poimandres
"La Justicia se antepone al amor, cuando éste se vuelve débil y pierde su verdadera identidad".
Ser pues "Actores de Dios" no tiene nada que ver con el teatro de intereses, cualesquiera, humanos, sino es laborar en sintonía con las metodologías divinas, rebosantes de aquel programa de Amor infinito dirigido a la redención de la humanidad.¡Y, así, el amor humano no existe porque no es verdad!
Dice :Poimandres "¡Yo te amo por ti misma, alma mía!".
¡Y, así, el amor humano no existe porque no es verdad!
Nada hay más dulce que el amor, nada más fuerte, nada más sublime, nada más extenso, nada más alegre, nada más pleno, nada más bueno en el cielo y la tierra, porque el amor ha nacido de Dios, no puede encontrar descanso en las cosas creadas, sino solamente en Dios.
El amor es diligente, sincero, piadoso, alegre, delicioso, fuerte, paciente, fiel, prudente, tolerante, viril: quien ama no se busca jamás a sí mismo.
Cuando uno se busca a sí mismo, renuncia al amor, el amor es cauto, humilde y derecho, no débil y ligero, no dirigido a las vanidades; es sobrio, casto, firme, quieto y controlado en todos sus sentidos.
El amor es sumiso y obediente a los superiores deseos, es vil y despreciable a los propios ojos, devoto a Dios y agradecido; está siempre pleno de esperanza y de fe en Dios, aún cuando no Lo siente, porque sin dolor no se vive en el amor.
Existe un alimento inmaterial, invisible, e impalpable que es alimento de tu espíritu.
Este gran bien es el Amor y su morada es la Luz.
La luz está dentro de ti si la descubres y la liberas de los tormentos materiales, si quitas los densos velos que la ocultan y la vuelven incapaz de irradiar, en tu corazón, el esplendor del Amor que posee.
En esta yace, suavísimamente, la sublime caricia del Creador, en ella está la totalidad de Su Divina Magnificencia.
Si esta Luz la haces brillar en ti, entonces ten la certeza de poseer a Dios y de gozar de Sus excelsas y celestes virtudes. La alegría de amar será la corona de tu vida eterna".
Excitando el amor, se fuerza a la psique a la completa rehabilitación vibratoria o restablecimiento de la dinámica biofísica del cuerpo.
He preguntado a Cristo, el Señor contestó:
"Gran cosa es el amor, un bien por encima de todo bien; el único que vuelve ligero todo aquello que es gravoso y hace que se lleve con igual ánimo todo aquello que es más desigual.
Sostiene su peso sin sentir peso, y hace dulce y apetitosa toda cosa amarga.
El amor de Jesús es noble, empuja a realizar grandes empresas e incita a desear una perfección, cada vez mayor.
El amor tiende a estar en lo alto, no quiere ser entretenido por las cosas vulgares de la tierra. El amor quiere ser libre, no vinculado a ninguna afección mundana, para que su ojo interior no tenga impedimentos, ni que las comodidades temporales lo enreden, o sucumba a causa de los sufrimientos.
"JUSTICIA, PAZ, AMOR".
Si una de estas divinas virtudes falta, las otras dos potencias sufren, inevitablemente, efectos contrarios desarrollando valores opuestos.
La justicia quiere ser el pilar central y la paz y el amor quieren ser el complemento del árbol de la vida.
Sobre este trípode se desarrollan las supercivilizaciones y con estas virtudes se instruyen y se construyen los valores morales, sociales y científicos sobre nuestros planetas.
Es necesario cuidar atentamente y con diligencia la continua estabilidad de estas tres potencias, si se quiere alcanzar la ambicionada meta de la felicidad colectiva, la verdadera fraternidad universal, la real libertad.
Sobre vuestro planeta, estas tres potencias continúan siendo condicionadas por efectos extremadamente contrarios, opuestos a la verdadera, real ley que bien conocéis, pero que no practicáis.
Mientras falte la armónica función del trípode divino no tendréis ni justicia, ni paz, ni amor.
Mensaje del Señor
Un siervo de los siervos de Dios
Santiago el hermano del Señor