¡ALELUYA! ¡ALELUYA!
Bendita seas entre todas la mujeres y bendito sea tu Espíritu de Consolación y Salvación.
Mi corazón reconfortado, por tu amor, se llena de alegría, por ti Madre del alma mía.
Tu divina presencia se hace sentir en todo mi ser y en toda mi alma, amor de los amores.
Te doy las gracias, por asistirme y consolarme en esta hora del Gran Despertar.
Tu hijo Santiago